El programa de estimulación cognitiva y emocional en Guatemala logra frenar significativamente el impacto de dos cursos sin escolarización por la pandemia sobre el rendimiento académico de los menores

Del 17 al 19 de julio se han celebrado en el país guatemalteco las jornadas de devolución de resultados del proyecto «Mejora del rendimiento académico y la calidad de vida de menores vulnerables de Guatemala: programa integral de estimulación cognitiva y emocional, desarrollo de huertos escolares y fortalecimiento de la docencia a distancia ante el reto del covid-19«, implementado por la Fundación ETEA – Instituto de Desarrollo de la Universidad Loyola con la colaboración de Fe y Alegría Guatemala y la financiación de la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID).

Una de las líneas de acción del proyecto se ha centrado en la aplicación de un programa de estimulación cognitiva y emocional para menores vulnerables de los suburbios de Ciudad de Guatemala. En concreto, se han aplicado dos iniciativas simultáneamente: promoción de la lectura y el programa NeuronUP. Este último consiste en actividades para estimular las capacidades de atención, las habilidades sociales, el lenguaje y el razonamiento y trabajo con información. A lo largo de las jornadas, el investigador de la Universidad Loyola, Pablo Rodríguez, explicó que, «durante el primer año, el alumnado participante en el programa NeuronUP ha mejorado significativamente la flexibilidad cognitiva y han disminuido los niveles de hostilidad. Además, el programa de estimulación cognitiva y emocional consiguió frenar especialmente bien el impacto sobre el rendimiento académico de los dos años sin escolarizar por motivo de la pandemia«. Adicionalmente, remarca que «los programas han sido particularmente exitosos en la población infantil que presentaba déficit de atención (TDAH) y dislexia«.

Por otra parte, Michela Accerenzi, coordinadora regional de la Fundación ETEA en Centroamérica, abordó la componente de implementación de huertos escolares, argumentando que «más del 70% de niños/as participantes estaban en situación de inseguridad alimentaria, según datos del proyecto predecesor a este. Además, se encontró la existencia de una relación entre inseguridad alimentaria y tareas de atención y funciones ejecutivas, especialmente tras el empeoramiento de las condiciones alimentarias de la población infantil tras la pandemia«. Por esta razón, se decidió incluir en el proyecto un estudio inicial de las condiciones nutricionales del alumnado de las escuelas beneficiarias y promover la diversidad dietética a través de huertos. Las consultoras Mónica Cajas y Marcela García presentaron los resultados del estudio, resaltando que a nivel general la población rural sufre importantes índices de bajo peso mientras que en los barrios marginales de Ciudad de Guatemala se detectan también altos índices de sobrepeso y obesidad, junto con las recomendaciones centro por centro para mejorar la nutrición del alumnado. Por su parte, Ana Lucía Linares, coordinadora del proyecto por parte de Fe y Alegría, afirmó durante las jornadas que «gracias a los huertos se han fortalecido habilidades como trabajo en equipo, liderazgo u organización, involucrando a docentes y estudiantes, así como a padres y madres de familias en tareas de preparación de terreno y cuidado de los huertos. Ha sido impresionante escuchar cómo cada centro diseñó su método para el cuidado del huerto y ver cómo el alumnado participante es capaz de reconocer las semillas y las plantas antes que de su fruto. Los huertos llevan ya tres cosechas o más y los/as estudiantes están felices de haberlas probado«.

La tercera componente del proyecto fue presentada por José María Barroso, investigador de la Universidad Loyola, quien se centró en el proceso del fortalecimiento de habilidades pedagógicas. Tras combinar la experiencia del personal docente -a través del diseño de un «Plan atómico para transformar el mundo»- con los estilos de aprendizaje y enseñanza y los «Sueños de la Comunidad Educativa», se aplicó el método PRISMA para realizar un análisis científico que permitiera diseñar un programa de formación de formadores/as. Este programa ha tenido una duración de siete meses, durante los cuales se han formado 44 profesores, que a su vez han reproducido la formación al resto de profesorado, alcanzando así a más de 400 docentes. José María afirma que «esto ha permitido mejorar la compresión lectora y matemática del alumnado, que se ha beneficiado de las nuevas metodologías educativas, según la evaluación realizada a una muestra de aproximadamente 400 estudiantes. Esto ha fortalecido la acción educativa de los centros de FyA, así como la educación de Guatemala«.

Compartiendo una visión muy positiva del impacto conseguido

Estas jornadas de socialización de resultados, celebradas tanto en el auditorio de la Universidad Rafael Landivar como en escuelas multigrado de Chiquimula, han permitido compartir impresiones sobre las actividades realizadas y los beneficios obtenidos por las mismas.

Así, Joaquín Ibáñez, investigador de Loyola y coordinador del programa de estimulación cognitiva, expresaba que «ha sido muy bonito poder compartir el proceso con profesorado, estudiantes y familias. Sus intervenciones me han dejado la sensación de que el impacto ha sido muy positivo, lo que me llena de mucha alegría. Me resultó particularmente interesante conocer la opinión de los niños que participaron en el programa de estimulación y saber que sienten que han mejorado sus habilidades. Además, ha sido muy alegre ver que el proyecto ha sido útil y que hay interés en ampliarlo a más colegios y más edades, para hacer más generalizada la acción de estimulación cognitiva a grupos cada vez más grandes. Esperamos poder seguir colaborando con este gran proyecto«.

El proyecto se encuentra en su recta final y para el próximo mes de octubre se ha previsto la realización de unas jornadas en Sevilla y Córdoba, donde se contará con la participación de personal técnico y docente de Fe y Alegría, para difundir los resultados finales y presentar la guía metodológica del proyecto, con el objeto de que otros actores andaluces de cooperación, así como profesionales de la educación y la psicología, puedan aprovechar las lecciones aprendidas.