Integrar los derechos humanos en la educación como base del cambio social

Jesús Sabariego y Juan Antonio Senent al comienzo de la conferencia.

 

“Cuando teníamos todas las respuestas, nos cambiaron todas las preguntas.” Con esta frase de Mario Benedetti iniciaba su ponencia sobre derechos humanos y educación el Dr. Jesús Sabariego el pasado martes en el Campus de Sevilla de la Universidad Loyola Andalucía.

El investigador del CES de la Universidad de Coimbra (Portugal) y del Grupo de investigación en Comunicación Política y Cambio Social (COMPOLÍTICAS) de la Universidad de Sevilla explicó cómo la era de la globalización ha motivado un cambio en los objetivos que se pretenden alcanzar con los derechos humanos. Ante esta situación, los derechos humanos deben cambiar esa antigua estrategia enfocada a las necesidades, deben salir del ámbito jurídico y adoptar una nueva dimensión más práctica. Según él mismo comentaba, los derechos humanos deben seguir la línea del progreso ya que vivimos en un tiempo en el que la democracia se está redefiniendo porque hay movimientos sociales que demandan cambios. Pero el progreso puede ser peligroso si no se cambia la visión de que el hombre es el centro del planeta y si se sigue persiguiendo como fin último la acumulación de riqueza. “Los derechos humanos empiezan por el desayuno. Difícilmente vas a tomar partido si estás más centrado en otras cosas del día a día”, puntualizaba Sabariego.

El papel clave de la educación

Conciliar un buen aprendizaje sobre la importancia de los derechos humanos con el sistema educativo actual se presenta como una tarea muy complicada. Así lo explicaba Sabariego: “Cuando en el aula se trabaja de forma competitiva, se elimina la parte de la reflexión sobre lo humano”. Y es que se muestra necesario llevar a cabo una educación transversal sobre derechos humanos que esté presente desde las evaluaciones, hasta en la forma de impartir las clases, pasando por el diseño de un plan curricular y de un proyecto sólido dentro de las instituciones. Salir del marco lógico preestablecido es la única forma para cuestionarse conceptos relacionados con los medios, los fines o los métodos que utilizamos para conseguir lo que queremos.

Medidas que bien podrían trasladarse al ámbito local, sobre todo a la relación entre la cultura y las políticas locales. Según Sabariego, es fundamental establecer conexiones que amplíen lo humano, y para eso es necesario abrir la perspectiva intercultural, beber de varias perspectivas éticas y fomentar el respeto por la diversidad. “Hay que cambiar las prioridades, porque el crecimiento en ausencia de equidad y de integración social no reducirá la pobreza”, añadía.

Para finalizar, destacó lo eficaz que sería generar conciencia crítica a través de la educación y fomentar la participación ciudadana a través de procesos efectivos y de calidad para centrar la toma de decisiones políticas en la activación de los derechos humanos.

Los ODS en la Universidad

Esta actividad que se enmarca en el II Seminario Permanente ‘Contribuyendo desde la universidad a la consecución de los ODS desde su misión investigadora’, coordinado por la Fundación ETEA – Instituto de Desarrollo y de la Escuela de Doctorado de la Universidad Loyola, con financiación de la Secretaría de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y el Caribe (Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación).