El mundo del desarrollo a través de prácticas en cooperación internacional de la Fundación ETEA

Durante el curso 2016-17, la Fundación ETEA en coordinación con el Servicio de Empleabilidad y Emprendimiento de la Universidad Loyola Andalucía iniciaron un Programa de Prácticas Internacionales en cooperación al desarrollo para el alumnado universitario.

Es un programa que tiene el objetivo de desarrollar, a través de prácticas profesionales en proyectos gestionados por la propia fundación o por organizaciones socias de esta, las capacidades y habilidades profesionales suficientes para complementar la formación profesional recibida en la universidad, así como otras competencias como las lingüísticas, además del conocimiento internacional de los proyectos de cooperación en países en desarrollo.

Experiencia de las prácticas en cooperación internacional

Las prácticas ofertadas durante el pasado curso se centraron en las zonas de Centroamérica, Magreb y Europa oriental. En la región centroamericana se lanzaron 2 convocatorias en Honduras para colaborar en proyectos de desarrollo rural que la Fundación ETEA gestiona en el occidente del país y 1 en Nicaragua con la Fundación Internacional para el Desafío Económico Global (FIDEG) para participar en proyectos de investigación social y económica en Centroamérica.

La aventura de Honduras

Cuando la Fundación ETEA lanzó cinco plazas para realizar prácticas fuera, algo se encendió dentro de María Dolores Moyano, compañera del Grado en Relaciones Internacionales. Desde el primer minuto quería ir a Honduras. ¿El motivo? “Estaba segura que me iba a cambiar por completo, el 6 de julio emprendí la aventura”, cuenta María Dolores. Vivió en Marcala, municipio del Departamento de La Paz. Algo que le motivó fue la responsabilidad asignada “no me trataron como una estudiante en prácticas, me iban proponiendo retos continuamente”.

“Uno de los trabajos que hice allí, junto con los compañeros, fue la realización de encuestas a los grupos de agricultores de las comunidades, que participaban en el proyecto”, explica a Loyola Campus. Nuestra compañera opina que la desigualdad económica es uno de los mayores retos que tiene Honduras, pero hubo algo que le sorprendió “que eran felices con el respeto, la ayuda al vecino y la humanidad que tienen”.

Se dio cuenta de muchas cosas importantes en la vida: familia, salud, vivienda, educación y derechos. Cuenta que tuvo la suerte de conocer toda la cadena de producción de café, desde la semilla, hasta que llega a una taza en Europa, u otros mercados como EEUU o Japón.

Le han estado enseñando las diferentes variedades de café o “cómo se producen los conocidos como ‘cafés especiales’, además de aprender a catar”, explica María Dolores. Agradecida a la Fundación ETEA y a sus padres, esta estudiante de la Universidad Loyola Andalucía hace una mención especial a la Denominación de Origen Café de Marcala, y a la Familia Moreno “que han sido mi familia allí, volveré a Honduras seguro”.

A Tánger con mucha ilusión

Otra de las prácticas que se ofertó fue en Medicus Mundi Sur para trabajar en proyectos de desarrollo rural en la región marroquí de Tánger-Tetuán-Alhucemas.

Rafael Povedano, alumno del Grado en ADE hizo sus prácticas en Tánger, concretamente en la sede de Medicusmundi Sur, asociación que trabaja, principalmente, en temas de salud laboral para las personas desfavorecidas o en riesgo de exclusión social. La labor principal que desempeñaba este alumno de la Universidad Loyola Andalucía era la de elaborar planes de mejora de gestión administrativa interna, es decir, remodelación de las formas de trabajo y los protocolos de actuación.

Jamás se le pasó por la cabeza la posibilidad de ir a Tánger. Afirma que tenía sus prejuicios porque le habían hablado de la peligrosidad de esta ciudad, “pero después supe que es bastante segura, aunque como todo lugar tiene sus cosas”, comenta Rafa. “Al bajar del ferry, contemplé la ciudad y, aunque con nervios, afronté esta etapa con mucha ilusión” .

Tuvo tiempo para el idioma y aprendió algunas palabras en árabe que le iban sirviendo en su vida diaria; también para la gastronomía marroquí, aprendiendo algún plato típico; para la historia, que define corta, pero intensa; y para la religión musulmana.

Georgia, un paraje virgen inexplorado

Por último, se lanzó una práctica para trabajar en Georgia con el Charity Humanitarian Centre “Abkhazeti” (CHCA) en el diseño de un proyecto de desarrollo dirigido a zonas rurales del país.

​En el límite entre Europa Oriental y Asia Occidental está Georgia, lugar en el que estuvo este verano Ignacio José Martínez Luque, estudiante del Doble Grado en Economía y Relaciones Internacionales. Vista desde fuera, nuestro compañero define al país “como una Suiza sin turistas, un paraje virgen inexplorado, en resumidas cuentas, y viéndolo desde los ojos de un español, es lo más parecido a una Asturias habitada por Andaluces”.

Al llegar se encontró con personas increíblemente amables y abiertas, amigables, sociables, dicharacheras y risueñas. Ignacio sigue describiendo a la población georgiana y cree que siempre miran a la vida con una actitud positiva “pues aún sufriendo la situación que tiene su país, están muy orgullosos de su tierra”. Le asignaron tareas de búsqueda de fondos, donantes y partnerships; también le encargaban búsqueda de información relacionada con proyectos de desarrollo y lucha contra la pobreza en España para dar ideas y dotar a los proyectos de la organización una visión multidisciplinar.

La situación en Georgia no es que sea de las mejores “ahogados por Rusia y a medias tintas con la Unión Europea, a este país caucásico solo le queda el tratar de valerse por sí misma” cuenta Ignacio en Loyola Campus. Según resume este estudiante “mucho camino queda por recorrer para que Georgia pueda ser un país sin conflicto y el Cáucaso una zona tranquila, pues una vez que se resuelva el suyo, le quedará ejercer de observador del conflicto que tiene en el sur entre sus países vecinos”.

La Fundación ETEA y la comunidad universitaria

A través del Servicio de Empleabilidad y Emprendimiento de la universidad, el curso pasado se convocaron 5 plazas en cuatro países (Honduras, Nicaragua, Marruecos y Georgia), concediéndose finalmente estancia de prácticas en cooperación internacional durante los meses de julio y agosto a tres estudiantes de la Universidad Loyola Andalucía. Tras el éxito de la iniciativa, el programa tiene la firme intención de continuar generando nuevas oportunidades de prácticas internacionales para el presente curso académico.

La Fundación ETEA es el Instituto de Desarrollo de la Universidad Loyola Andalucía. Con 30 años de experiencia acumulada en Europa, América Latina, Sudeste Asiático y Magreb, la fundación tiene actualmente como objetivo la articulación de la docencia y la investigación con la cooperación y el desarrollo en el gran proyecto universitario de Loyola Andalucía.

Además de impulsar la investigación como medio para aprender de las intervenciones y potenciar sus efectos positivos, se pretende contribuir a la misión universitaria de constituir una comunidad que comparta los valores de la solidaridad y la justicia encarnándolos en la propia institución y que, con su acción, promueva la justicia.

En este sentido, la colaboración de Loyola Andalucía en los proyectos de cooperación al desarrollo –a través del programa de prácticas internacionales, entre otras actividades- facilita que la propia universidad pueda hacer efectivo también en este ámbito su compromiso con el servicio a la justicia y el desarrollo. Continuaremos dando pasos para construir una universidad global.

 

Fuente de la noticia: Universidad Loyola Andalucía